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Más del 75% de los incendios forestales están provocados por el hombre. En España se producen 20.500 incendios cada año, que queman una media de 150.000 hectáreas. Es decir, una superficie similar a 300.000 campos de fútbol. Los incendios forestales son, sin lugar a dudas, una auténtica lacra.
Todos los años por estas fechas los medios comienzan a sacar noticias relacionadas con los incendios forestales. De hecho este año los organismos públicos han activado la temporada de alto riesgo en muchas regiones antes de lo habitual debido a una primavera seca y calurosa. Aunque en el País Vasco el riesgo es en general menor debido a la meteorología, tampoco se libra de este riesgo para bosques y montes.
Y es que los incendios forestales que sufre España cada año generan alrededor de 6 millones de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones anuales de dos millones de turismos o las correspondientes a ciudades del tamaño de Sevilla o Zaragoza.
Según un informe de WWF/Adena, las comunidades autónomas con mayor riesgo de sufrir episodios graves de incendios en verano son: Castilla y León, Galicia y Extremadura. En el otro lado están Madrid, Baleares, La Rioja y Murcia.
Por otra parte, no hay que desestimar el impacto económico que tienen los incendios forestales. El mismo estudio antes mencionado revela pérdidas que alcanzan los 5.500 euros por hectárea forestal quemada. Esto sin contabilizar los gastos de prevención y extinción. Esto supone unas pérdidas anuales equivalentes a 1.500 millones de euros.
Causas de los incendios forestales
En el Estado español los incendios forestales son mayoritariamente producidos por el ser humano, concretamente el 78% de los incendios, aspecto que revela la escasa conciencia de la población sobre el valor económico, social y ecológico de los montes y la importancia de su conservación. Mientras que del 16% se desconoce su causa y el 4% tienen su origen en rayos.
Según Ecologistas en Acción, “entre las motivaciones y causas conocidas de los incendios forestales destacan las quemas agrícolas (31,75%) y las quemas para obtención de pasto (21,9%). Otros motivos son: pirómanos, personas con alguna alteración patológica (7,58%); incendios reproducidos (3,38%); fumadores (2,65%); relacionados con la caza (2,31%); trabajos forestales (2,20%); motores y máquinas (2,14%). El 19,12% restante se divide entre quema de basuras y escape de vertederos, hogueras, venganzas, vandalismo, obtención de madera a bajo precio, recalificaciones de terrenos, modificaciones de uso del suelo (de forestal a agrícola), disensiones en la titularidad de los montes, etc.”
No cabe duda, pues, que los esfuerzos para la prevención de incendios deberían estar centrados en la concienciación social. Nuestros montes y bosques tienen un enorme valor ecológico que debemos cuidar entre todos.