“La” Regil

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“La” Régil. Así se conoce, en el mundillo de la montaña en general, y del esquí de montaña en particular, a la prueba más antigua, carismática y entrañable de cuantas competiciones de esquí de travesía o esquí–alpinismo se celebran en España: la “Travesía Régil” o la “Copa Andrés de Régil – Trofeo BBK”, desde que nuestra entidad se convirtiera en su patrocinador principal. Para quienes no la conozcan es obligado hacer un poco de historia:

La prueba, cuya primera edición se celebró en 1969, es un homenaje a Andrés de Régil, primer director de la Escuela Vasco-Navarra de Alta Montaña allá por los años 50, que murió en accidente en 1970 mientras esquiaba en el Gorbea.

Además de ser la más antigua, se dan elementos curiosos que diferencian ésta de todas las demás competiciones de la misma modalidad: Es la única que se celebra en los Picos de Europa, macizo salvaje, abrupto, auténtico, que exige siempre atención, nivel técnico y compromiso al esquiador, cualidades que tienen que ver con los organizadores. Porque la familia o –mejor- la saga Régil se ha encargado de contagiar de pasión –también de conocimientos y de responsabilidad- por la montaña a varias generaciones de vascos: Desde el desaparecido Andrés, pasando por Ángel y Juan Antonio hasta José Mari, continúa hoy esta actividad de la mano de sus numerosos hijos, apasionados del esquí de montaña y docentes de diferentes disciplinas deportivas y extra-deportivas. Andrés, Gabi, Álvaro, Juan, Marta, Carmen, Bárbara… cuentan también, para la ocasión, con el apoyo incondicional –ganado a base de afectos- de numerosos  esquiadores y escaladores de toda edad. Sorprende gratamente –otro distintivo de “la” Régil- la numerosa presencia de niños, cuyos progenitores comparten las tareas de su cuidado con las del marcaje previo  del recorrido, los controles y otros aspectos de la organización de la prueba.

Como reflejo del gran ambiente que reina en esta prueba, citaremos que  son contadas las personas que sólo han participado una vez y numerosísimos, en cambio, quienes la han realizado en diez, veinte  y más años, con varios casos de participantes que han venido hasta en más de treinta ocasiones.

Este 2013, “la” Régil ha servido también de marco para el Campeonato de Euskadi de equipos de Esquí Alpinismo, cuyos ganadores han sido Iñigo Lariz y Mikel Navarro, a quienes se les concedió también  la Copa Régil – Trofeo BBK.

La última, por fin, de las peculiaridades de este evento es la “Copa Régil” es que el principal galardón no suele coincidir con el ganador de la competición. Dicha Copa se concede a quienes acumulan más méritos no sólo deportivos, sino también de actitudes y comportamientos positivos demostrados, a veces en la carrera y otras veces en la trayectoria global del deportista.

Pocas cosas pueden añadirse, salvo que este año –las inscripciones se agotaron a las cinco horas de abrirse el plazo– la gran protagonista ha sido la nieve, que cubría los Picos en tal abundancia, que permitió, en su primera jornada, dar la salida desde la estación inferior del teleférico de Fuentedé, siguiendo un trazado inusual que pasaba por la Canal de  Bedalejo y la Vega de Liordes, para luego acercarse a zonas más conocidas como el Jou del Sedo, collado de la Padiorna y Canal de San Luis antes de alcanzar los Jous de Lloroza y la meta habitual en las inmediaciones de la estación superior del teleférico.

La meteorología y las condiciones de la nieve no ha sido tan benévolas como otros años, por ejemplo el pasado, pero permitieron la realización de la prueba sin contratiempos ni incidentes, poniéndose de manifiesto, una vez más, el excelente trabajo de la Organización y el extraordinario ambiente habitual entre Organización y competidores.

También este año, por segunda vez, se invitó a un grupo de 46 clientes -elegidos por sorteo- con nómina domiciliada en Kutxabank. Dicho grupo se desplazó en autobús hasta Fuente Dé y subió en el teleférico hasta las inmediaciones de la meta para ver el escenario de la prueba donde, acompañados por el alpinista Juanjo San Sebastián, miembro del departamento de Marketing de Kutxabank, recibieron explicaciones detalladas del tipo de macizo montañoso que son los Picos de Europa, y de las características de esta singular prueba. La comida se realizó en el restaurante de la estación inferior del teleférico, desde donde se divisa una espléndida panorámica de la impresionante pared caliza cuyos 800 metros de desnivel salva el teleférico. El remate fue la visita a una bodega lebaniega antes de su regreso a Bilbao.