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Las estaciones de esquí han aprobado un protocolo anti COVID-19 para la próxima temporada 2020-21 con el que pretenden garantizar la seguridad sanitaria a todos los amantes de los deportes de invierno.
Aunque todavía no se puede hacer un pronóstico realista sobre la evolución de la pandemia y, por lo tanto, tampoco está asegurado al 100% el desarrollo de la temporada, las estaciones han tomado la iniciativa y han aprobado una serie de normas con las que quieren compatibilizar la práctica de estos deportes con el respeto a la salud y la seguridad de los usuarios, del personal laboral y de los residentes locales.
Las principales recomendaciones son las siguientes:
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- Uso de la mascarilla. Como la regulación sobre el uso de mascarilla mientras se practica deporte corresponde a las comunidades autónomas, será cada estación la que determine la obligatoriedad o no en función del aforo y de la normativa autonómica. En cualquier caso, la cobertura facial se debe utilizar siempre que se haga uso de los remontes mecánicos o de cualquier otro servicio de la estación.
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- Distancia física. Cada estación debe desarrollar un plan operativo para conseguir que se mantenga la mayor distancia posible entre las personas, incluso con el uso de mascarilla. Estas medidas se aplicarán a las zonas de espera para acceder a los remontes, las clases de esquí y snowboard, las áreas de alquiler de equipos, los espacios para empleados y los locales comerciales y de restauración.
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- Limpieza y desinfección. Se reforzarán las tareas de limpieza y desinfección en todas las áreas de las estaciones, especialmente las que soportan mayor presencia de usuarios, como aseos, zonas de restauración, taquillas y tiendas de alquiler de material.
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- Separación en las colas de los remontes. La longitud de los esquíes y tablas de snowboard ya delimitan de forma natural la distancia interpersonal en las zonas de espera. En cualquier caso, el personal de la estación se encargará de regular la separación entre personas para garantizar un flujo continuo y ágil de esquiadores.
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- Capacidad de los remontes. El objetivo es garantizar la capacidad máxima de los remontes mecánicos, y para ello se han tenido en cuenta varios factores: los remontes tienen un tiempo de trayecto inferior a 10 minutos; discurren en zonas abiertas con un flujo de aire direccional y constante; la separación entre sillas es de 15 metros, y todos los usuarios deberán usar la mascarilla durante el traslado. Estas razones permiten mantener los remontes a plena capacidad.
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- Desembarque del remonte. Las normas de seguridad estándar ya determinan que los esquiadores deben abandonar la zona de desembarque rápidamente.
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- Formación del personal de la estación. El personal de las estaciones recibirá la capacitación necesaria para aplicar este protocolo y las medidas de seguridad y desinfección recomendadas por los organismos sanitarios.
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- Transacciones sin contacto. La mayoría de las estaciones de esquí de la península han implementado tecnologías contactless de acceso y pago para reducir el contacto físico entre el personal laboral y el usuario.
Estas medidas han sido elaboradas por la Asociación Turística de Estaciones de Esquí de Montaña (ATUDEM) después de un proceso en el que han participado sus asociados. Puedes consultar la guía de buenas prácticas para la prevención de la COVID-19 en este enlace.
Hasta el momento, varias estaciones han anunciado la apertura de sus instalaciones para la última semana de noviembre. La Molina y Sierra Nevada son las más madrugadoras y han fijado la fecha para el 23 de noviembre; por su parte, Baqueira Beret, Grand Valira y Valter 2000 lo harán el día 30, mientras que las estaciones del Pirineo aragonés aún no han anunciado la fecha. Solo queda cruzar los dedos y actuar de forma responsable para contribuir a disfrutar de la temporada.