- Aventura y Montaña
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La semana pasada, del 9 al 11 de abril, tuvo lugar en Chamonix-Mont-Blanc y en Courmayeur la 23ª edición de la entrega de los Piolets de Oro, algo así como los Oscars del alpinismo mundial. Los vencedores este año fueron tres cordadas, que se llevaron el reconocimiento de ascensos más destacados de la temporada pasada. Todos ellos admirables. Estos son.
Thamserku (6.618 metros), montaña ubicada en el valle del Khumbu, Nepal. Los escaladores rusos Alexander Gukov y Alexey Lonchinsky abrieron en la cara sur una ruta de más de 1.600 metros. El ascenso requirió de 6 vivacs en la pared, en donde encontraron dificultades de hasta 6a/b en la escala rusa. La linea fue bautizada como “Shy Girl”.
Monte Fitz Roy, Patagonia. Tommy Caldwell y Alex Honnold, febrero de 2014. Los destacados escaladores norteamericanos concretaron la travesía, de norte a sur, del macizo del Fitzroy, alcanzado 7 cumbres de manera consecutiva: la Aguja Guillaumet, la Aguja Mermoz, el Fitz Roy, la Aguja Poincenot, la Aguja Rafael Juárez, la Aguja Saint-Exupéry y la Aguja de la S. Completaron más de 4.000 metros de desnivel y dificultades de 7a en roca y 65º en hielo.
Hagshu (6.657 metros), se ubica en el valle de Kisthwar en la India. En la cara norte de esta montaña, los eslovenos Ales Cesen, Luka Lindic y Marko Prezelj abrieron una nueva ruta de 1.350 metros de desnivel, que graduaron de ED (Extremadamente difícil), y tramos de hielo a 90º. Ruta vertical y extenuante que los obligó a escalar jornadas eternas. Este es el tercer Piolet de Oro para el esloveno Marko Prezelj, tras los premios que obtuvo en 1992 por su ascensión del pilar sur del Kangchenjunga Sur con Andrej Stremfelj, y el del 2007 por la primera ascensión del pilar noroeste del Chomolhari con Boris Lorencic. Este segundo con la polémica de que fue rechazado por el propio Marko.
Prezelj, una voz discordante del alpinismo
Y es que Marko Prezelj forma parte de esas voces discordantes en el seno de la comunidad de alpinistas. Después de su rechazo hace ocho años, parece haber cambiado de opinión en lo que a los Piolets de Oro se refiere. Estos premien deben, según él, representar más que nunca una ocasión de intercambio entre alpinistas, sin enfoques competitivos o juicios. “Los Piolets de Oro cambian, y creo en su evolución en el buen sentido”, afirmó el esloveno, quien entregó unas rosas al resto de nominados, símbolo según él de “pasión y vanidad, dos sentimientos fuertes entre los alpinistas”.
El premio a la trayectoria fue entregado a Sir Chris Bonington, leyenda viva del alpinismo, por su destacada y prolífica carrera.