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Las vías ferratas son pasos equipados con cables y en general medios artificiales que nos permiten movernos en un terreno vertical con seguridad y sin tener que dominar las técnicas de escalada, ni tener la preparación física imprescindible para escalar.
Las vías ferratas, esos itinerarios “aéreos” que permiten escalar paredes verticales a personas que no están familiarizadas con la escalada, gracias a escalones metálicos y cables de seguridad, se multiplican en nuestro país y los ayuntamientos las observan como un medio para atraer a los turistas deportivas amantes de las sensaciones fuertes.
Aunque como actividad deportiva la vía ferrata es relativamente joven, lo cierto es que las montañas han albergado desde hace muchos años este tipo de vías, así como caminos equipados. A pesar de su actual componente lúdico, una de las primeras utilidades que tuvo fue en un contexto diametralmente opuesto, como son los conflictos bélicos. En efecto, durante la Gran Guerra proliferaron caminos equipados para superar desniveles imposibles en Dolomitas y Alpes, y así poder atacar al enemigo desde posiciones imprevisibles.
En los Alpes existen caminos equipados y vías ferratas para facilitar el acceso a refugios ubicados en lugares inverosímiles, así como para salir de glaciares encajonados entre pulidas y verticales paredes. En los Pirineos, por su parte, era común la construcción de este tipo de vías por parte de los herreros de los pueblos para facilitar el ascenso de paredes lisas a cazadores de la nobleza. Agujerear la pared en los tramos verticales e insertar barras de metal era el modus operandi para crear apoyos y agarres para pies y manos. Las clavijas de Soaso, Cotatuero y Salarons, en el parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, son conocidos ejemplos de este tipo de pasos.
¿Dónde están las mejores?
En España hay un número importante de vías ferratas para todos aquellos aficionados, o quienes quieran iniciarse. En este enlace podéis encontrar algunas de las mejores rutas vía ferrata del país. La tendencia es al auge. Es decir, en la actualidad muchos ayuntamientos y gobiernos regionales equipan tramos de pared vertical para atraer un nuevo tipo de turismo conocido como turismo de aventura. Asimismo se siguen añadiendo cadenas y cables en pasos que ya existían para dotarlos de mayor seguridad, sobre todo en los pasos más aéreos.
Respecto al perfil de la persona que practica esta actividad deportiva, prácticamente todo el mundo puede hacerlo. Solo se requieren ganas, una pequeña dosis de espíritu aventurero, una básica preparación física, y no tener especial miedo a las alturas. Si os gusta la naturaleza y la montaña, disfrutaréis a tope. Aunque no requiere ni la preparación física y psicológica de la escalada, ni sus conocimientos y material, es muy recomendable iniciarse mediante alguna empresa de deportes de aventura que faciliten guías y material para poder disfrutar de la actividad con total seguridad.