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“Atención Tarragona Radio, os quiero. Hemos alcanzado la cima”. El pasado 27 de julio, después de dos intentos fallidos, varias semanas de expedición, intensas nevadas y fuertes vientos, Óscar Cadiach contactaba con el programa El Pont de Mahoma para anunciar su entrada en la historia del alpinismo.
Con su ascensión al Broad Peak, a sus 64 años Cadiach se convertía en el ser humano de más edad en hoyar los 14 ochomiles del planeta. Desde entonces su nombre figura junto al de Reinhold Messner, Juanito Oiazarbal, Alberto Iñurrategi, Edurne Pasaban y otras 15 personas que lograron la misma gesta sin la ayuda del oxígeno.
Su hazaña no ha sido sencilla, ni breve. Cadiach ha empleado ni más ni menos que 32 años en completar las 14 ascensiones, y la última de ellas, la del Broad Peak, le ha llevado cuatro años. Lo había intentado hacía solo un año, pero el mal tiempo y el desgaste físico le dejaron a apenas 22 metros de alcanzar la cumbre. En cualquier caso, ninguna de estas cifras puede eclipsar la valía de este guía de montaña que se convirtió en 1985 en la primera persona en escalar en libre el segundo escalón del Everest, la montaña que ha marcado su vida deportiva. Por si fuera necesario reivindicar el resto de sus logros, en 1990 el alpinista catalán escaló en solitario el Broad Peak norte (7.650m); un año después ascendió a la cima virgen del Tarraco Kangri (6.200 m), y abrió la ruta Fem Tarragona al Broad Peak central (8.016 m) en 1992, entre otros.
Pero el alpinismo es un deporte de hitos, y Cadiach ha logrado el suyo un año antes de entrar en la edad de jubilación, con una ascensión al Broad Peak plagada de dificultades que se le había resistido hasta en tres ocasiones más. Y su racetracker ejerce hoy de notario para la posteridad.
Su camino hacia el olimpo del alpinismo comenzó en 1984, con la ascensión del Nanga Parbat, también en Pakistán. Después de escalar el Everest con oxígeno embotellado, alcanzó su cima sin ayudas en 1993; después le siguieron el Sisha Pangma, el Cho Oyu, el Makalu y el G-2. En dos años, el 2011 y el 2012, ya en plena carrera por ser el primer catalán que lograba este récord, ascendía otras cinco montañas, el Lhotse, el Manaslu, el Annapurna, el Dhaulagiri y el K-2. En el 2013, otras dos, el Kangchenjunga y el G-1, y el pasado mes de julio, el último.
Desde que el legendario alpinista italiano Reinhold Messner venciera a la madre de todos los desafíos con la ascensión de los 14 ochomiles, en 1986, solo 39 personas han logrado repetir la hazaña, y 20 de ellos lo han hecho sin oxígeno. Óscar Cadiach es ya uno de ellos.