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No pretendemos que salgas a rodar cinco días a la semana, ni que cambies las botas de montaña, los pies de gato o las zapatillas de correr por el maillot y el casco. No, lo que queremos mostrarte en este post son las muchas ventajas de las dos ruedas para tu preparación física en general.
Musculación potente de las piernas, ganancia de resistencia y pocas lesiones. Esas son tres de las principales ventajas de andar en bicicleta. Da igual si haces escalada deportiva, alpina, búlder, trail running, esquías o andas por el monte, seguro que aprecias, y mucho, cualquiera de los tres pros que acabamos de citar.
Tren inferior potente
Muchas veces entrenamos duro para fortalecer brazos, hombros y espalda, pero no olvidamos de que la mayor fuerza del cuerpo se concentra en las piernas. Un buen tren inferior nos es de gran ayuda en cualquier deporte que practiquemos. Andar en bicicleta nos ayudará a fortalecer sobre todo los cuádriceps, un músculo vital para, por ejemplo, la carrera por montaña.
Además, la bicicleta es un excelente entrenamiento para ganar resistencia. Al ser un deporte de bajo impacto traumático te permite aguantar horas en el sillín, con la consiguiente mejora en tus capacidades de resistencia. Salir a hacer kilómetros durante tres o cuatro horas un par de días a la semana es un perfecto apoyo para el entrenamiento de aquellos que quieran preparar carreras de larga distancia.
Rodillas y tobillos, libres de impactos
Uno de los puntos débiles de muchos deportistas son las rodillas. Las carreras a pie son, sin duda alguna, traumáticas para estas articulaciones que, al igual que los tobillos, sufren con la reiteración de impactos. Aquí reside una de las principales ventajas de la bicicleta: es muy poco lesiva para las articulaciones, a diferencia de otros deportes con gran número de lesiones asociadas.
Esta ventaja se combina con la anterior. Es decir, el hecho de que salir a hacer kilómetros sobre el sillín no suponga un constante golpeo para las articulaciones de las piernas permite acumular horas de trabajo y resistencia a la vez que descansamos una zona tan sensible para cualquier mendizale. Vamos, que el entrenamiento en bicicleta es perfectamente compatible con correr o escalar, entre otras actividades ligadas a la montaña.
¿De carretera o de montaña?
Llegados a este punto la pregunta es: ¿monte o asfalto? Pues bien, aunque parezca mentira porque ambas disciplinas se desarrollan sobre una bici, las diferencias son considerables.
En el caso de la bicicleta de carretera, es más útil si lo que queremos es mejorar el umbral aeróbico, es decir, para trabajar el fondo. Permite mantener ritmos de forma sostenida durante horas controlando las pulsaciones.
La bicicleta de montaña, por su parte, es ideal si lo que quieres es trabajar los cambios de ritmo. La misma orografía del terreno, mucho más accidentado, te exige ir cambiando de ritmo e intensidad constantemente. Se trata, por lo tanto, de un ejercicio más parecido al que realizarás si te gustan las pruebas de correr por la montaña. Además, no hay que olvidar que el entorno de esta modalidad es el que más nos gusta en LandK: ¡la montaña!
Si todavía no has ido a comprobar la presión de las ruedas de tu bici, estás tardando. ¿A qué esperas?